EL CONSUMO DE LECHE, ENTRE LOS SÍ Y LOS NO

La cadena láctea precisa una consistente campaña de fortalecimiento comunicacional mirando a los consumidores, para mejorar su desarrollo, más allá de precios y costos

La globalización hace que en las minorías se pretenda una diferenciación que a veces aplasta la uniformidad. Pertenecer desde una discrepancia con la mayoría.

En el sector agropecuario estas situaciones se pueden visualizar en cuanto a los agroquímicos, por ejemplo, o sobre el cambio en costumbres alimentarias, como puede ser el movimiento vegetariano, o más recientemente el vegano.

En los últimos años el crecimiento de la campaña en contra del consumo de la leche ha hecho que lentamente el sector despierte ante este embate.

Más allá de lo que sucede en nuestro país con la economía que hace que el consumo de lácteos se vea deteriorado por el costo, lo cual es algo de ocasión, ya son muchos los que se vuelcan a compras más delimitadas, productos más específicos donde se incluyen los exentos de lactosa, el azúcar natural de la leche que puede causar indigestión y a partir de la cual se hacen los mayores cuestionamientos.

Las campañas en contra de los lácteos son un fenómeno global, que abarca desde variables de maltrato animal, hasta incluso causas feministas en la defensa de las vacas, por su género. Para algunos profesionales faltan sustentos científicos en las bases de los argumentos, pero para el sector productivo e industrializador es hoy por hoy uno de los temas que fuera de la coyuntura del precio, tiene que tender a unificar criterios de trabajo.

Lo que está claro es que la leche no es mala, puede gustar o no, caer mejor o peor, pero pareciera una cuestión de preferencias. En este punto debe trabajar de manera conjunta la cadena, que invierte la mayor parte de su tiempo debatiendo sobre precios y costos y olvida contemplar a sus destinatarios.

Los humanos son los únicos mamíferos que siguen consumiendo leche después del destete que se da a partir de los seis meses, cuando comienza la dentición. Con los lácteos se garantiza la ingesta de calcio, recomendada en 1.200 miligramos por día, para mejorar las condiciones de los los huesos, unas, dientes, la coagulación de la sangre, la contracción muscular y a la activación de enzimas. Es por eso que los mensajes masivos en contra deben ser tan cuidadosos como los que se les contrapongan.

Si un alimento tan habitual para la humanidad fuese tan malo, no nos hubiésemos dado cuenta recién ahora y las consecuencias sociales serían mucho más extremas, como puede ser el ejemplo del trigo en personas con celiaquía y resistencia al gluten.

Muy tímidamente la Federación Panamericana de la Leche sostiene desde hace una década la campaña “Si, a la leche”. Sin la exposición necesaria, pero bien fundamentada se agregó ahora el capítulo “certezas lácteas” a través del cual se destaca con claridad científica las virtudes de los lácteos y desmitifica algunos conceptos vinculados a prevención de osteoporosis, hipertensión, diabetes, obesidad, necesidades en niños, adolescentes y adultos mayores, e incluso se desarrolla la temática sobre enfermedades cardiovasculares. La información completa se puede consultar en sialaleche.org.

Por Elida Thiery (Agrofy News)