Manifiesto Asociación de Productores Lecheros de Argentina

APLALos Productores que integramos A.P.L.A. padecemos y denunciamos desde hace ya un tiempo, una fuerte caída de producción y asfixiante situación financiera, debido a que el precio que estamos cobrando por la leche entregada se encuentra muy por debajo del costo de producción.
Por otro lado seguimos viendo la indiferencia por parte de los industriales lácteos, tanto sean los nucleados en el C.I.L. como en A.P.Y.M.E.L., que a pesar del paso de los años siguen con una actitud mezquina, tratando de aumentar sus ganancias utilizando a los tamberos como su variable de ajuste, llegando al extremo de haber intentado aplicar bajas en el precio que percibíamos a fines del año pasado.
Ante este panorama insostenible nos movilizamos rápidamente golpeando todas las puertas que fueron necesarias, generamos históricos espacios de diálogo en donde hicimos saber a toda la Argentina cual era la verdadera situación en que nos encontrábamos, y obtuvimos como resultado un subsidio para pequeños y medianos productores de treinta centavos por litro por el espacio de tres meses. Esta acción de Gobierno, a través de la Secretaría de Comercio, fue aprovechada por los egoístas industriales para plancharnos el precio por unos meses, llegando a la desfachatez de rumorear que si recomponían algo el precio, quienes cobraran los treinta centavos serían dejados de lado, puesto que ya tenían el subsidio del Estado Nacional.
Nuestra preocupación no es para nada egoísta, no solo pensamos en la subsistencia propia ni luchamos por el bienestar de este sector productivo en forma aislada, también lo hacemos porque consideramos fundamentalmente una obligación moral velar por la preservación y la sustentabilidad de nuestras comunidades.
Además de ver nuestro futuro económico incierto, a todos los que fundamos e integramos A.P.L.A. nos está invadiendo la tristeza. Vemos como día tras día va secándose ese frondoso árbol en el patio de la gran casa que perteneció a nuestros abuelos. Ese noble árbol que lo dio todo sin pedir nada a cambio, ya no florece, ya no da frutos, sus hojas caen, su sombra es cada vez más rala, ya los pájaros no anidan en él.
También vemos inútiles esfuerzos de los padres que envían a sus jóvenes hijos a estudiar para llegar a ser algún día técnicos lácteos, administradores de empresas agropecuarias, veterinarios o ingenieros agrónomos.
Frente a esta situación desesperante nos preguntamos: ¿Qué pasará en nuestra región si no aumenta la producción, si no hay más vacas? ¿Cuál será el futuro de nuestros pueblos que crecen a tasas chinas gracias a la gente de A.T.I.L.R.A., de A.T.L.A.R.A., a nuestros tamberos, a nuestros empleados, a nosotros mismos que gastamos aquí nuestros sueldos y cheques de producción? ¿Nuestras comunidades seguirán asemejándose a hormigueros o colmenas, seguirán activas, trabajando, construyendo futuro? ¿Qué ocurrirá con nuestros jóvenes, podrán estudiar, capacitarse y volver preparados para seguir haciendo grande a nuestra querida ARGENTINA?
Si la mezquindad de unos pocos que se dicen ser empresarios, a través de los entes especuladores y mafiosos que los nuclea, triunfa por sobre el futuro de todo el pueblo lechero, manejando la actividad como si de una estancia de su propiedad se tratara, pronto llegará la destrucción de la lechería nacional.
Desde A.P.L.A. queremos explicar a través de algunos puntos nuestras necesidades urgentes y los cambios que debe experimentar la actividad que con tanto esfuerzo y amor día a día llevamos adelante, expresando en forma clara y sencilla nuestro pensamiento y nuestra determinación.
1)- Aunque el costo de producción para un tambo promedio de la zona de A.P.L.A. es de $4,20/litro, y este se dispara en forma exponencial si le sumamos las pérdidas de pasturas y reservas forrajeras provocadas por las grandes lluvias, estamos cobrando $3,27/litro.
2)- Muchos de nosotros producimos en campos alquilados en una proporción que va desde el 70% hasta el 100% del total de la superficie dedicada a la actividad, de allí los costos diferenciales con otras cuencas lecheras.
3)- La producción forrajera con respecto a otras zonas tamberas del país es en muchos casos menor al 50% y esto se da porque esta cuenca lechera se ubica en una región en donde las condiciones agroecológicas son muy variables y no nos permiten maximizar la producción como otras regiones que cuentan con mejores regímenes de lluvia y menor estrés calórico, por citar algún ejemplo. Por otro lado estas nos impiden dedicarnos a la agricultura, que en otras épocas fuera viable, incrementándose el triste y continuo fenómeno del cierre de algunos tambos por estos lados y el de miles en otras cuencas.
4)- Tras trabajar durante tantos años por debajo de los costos de producción, pero manteniendo nuestras ansias de crecimiento, de progreso y continua inversión, nos encontramos hoy en una situación desesperante de alto endeudamiento. Sin darnos cuenta caímos en la muy elaborada trampa de los industriales que nos decían: “SE VIENE LA PRIMAVERA DE LA LECHERÍA Y CON ELLA LOS BUENOS PRECIOS”, solo eran falsas promesas de quienes dicen no podernos recomponer el precio pero aprovechan nuestra agonía para prestarnos dinero, en muchos casos con altos intereses y haciéndonos firmar contratos de entrega de leche a dos años.
Debemos agregar además las deudas por créditos hipotecarios a bajo interés en Banco Nación, en alguna entidad bancaria provincial a tasas de mercado, en financieras y mutuales locales a tasas usurarias, y la frutilla de este coctel: una cadena de cheques diferidos que en el 50 % de los casos llega al año de plazo del libramiento. Por lo expuesto, CADA VEZ QUE ENTREGAMOS NUESTRA PRODUCCIÓN NOS ENDEUDAMOS MÁS Y MÁS…
5)- En lo que al plano político se refiere, siempre que hemos golpeado las puertas del gobierno nacional fuimos atendidos y escuchados.
En el local son contados los presidentes comunales e intendentes que se han preocupado y gestionaron junto a nosotros. Es triste ver como estos funcionarios con tan poca vocación de servicio no se ocupan del problema económico que golpea de lleno a nuestras colonias y pueblos.
Otro párrafo merece el acompañamiento político que necesitamos y en términos generales no tenemos, para solicitar obras de infraestructura como mejoras de las redes viales y eléctricas, que en la provincia de Santa Fe están en estado calamitoso, no habiendo ningún tipo de aportes por parte del gobierno provincial se hace muy poco con los escasos fondos de comunas, contribuciones de productores y ayudas por parte del Estado Nacional. Las zonas inundables con sus consorcios caneleros o comités de cuencas pelean contra la naturaleza en una lucha desigual, con pocos medios, siempre cortos de dinero y con maquinaria en muchos casos obsoleta y anticuada, pero con la determinación de seguir ordeñando, truene, llueva o haya sol.
La mayoría de los presidentes comunales, intendentes, legisladores departamentales, ministros y hasta los mismos gobernadores guardan silencio para que nada, ni nadie interrumpa sus largas siestas a la sombra de sus ambiciones políticas. No les interesa en lo más mínimo la suerte de los productores, siendo que nuestra suerte también es la de todas nuestras comunidades.
6)- Ponemos a disposición a los técnicos de A.P.L.A. para que quien lo desee pueda corroborar, preguntar y debatir sobre estos datos. Están todos invitados a participar, ciudadanos, políticos, entidades, gremios, medios de comunicación, etc. De eso se trata esto, de entender lo que nos pasa y nos va a pasar si seguimos por esta senda.
7)- EL HISTÓRICO GRAN PASO DADO
Entre A.P.L.A.,A.T.L.A.R.A. y A.T.I.L.R.A., hemos celebrado recientemente una ALIANZA ESTRATÉGICA para impedir que la “avaricia empresarial” se devore el sacrificio de productores tamberos, madrugadores de botas blancas y compañeros transportistas embarrados hasta las orejas en días de lluvia, sin pensar en crear nuevos empleos, en generar nuevas plantas industriales, sin preocuparse por hacer crecer el consumo de lácteos y la producción de nuestros tambos, como fue en tiempos pasados en donde todos avanzábamos de la mano; se levantaban grandes plantas fabriles, crecían pueblos, crecíamos los productores, crecían A.T.I.L.R.A., A.T.L.A.R.A., y nuestros sueños se iban haciendo realidad a fuerza de trabajo, sacrificio, lucha y fe.
Hoy estamos soñando una Argentina liderando en una década el mercado mundial de productos lácteos, en donde la leche de las vacas que pisan nuestra patria, transportan centenares de choferes y procesan las manos de miles de trabajadores, sea el alimento que le de fuerzas a quienes deberán reconstruir países que hoy se desangran por guerras sin sentido. Donde el mal recuerdo de las bombas y las balas de paso a la única revolución posible y duradera del futuro, la de la educación, la del respeto de las personas, tengan el color de piel que tengan y cualquiera sea su Dios. Y por fin veamos en esas manitos sucias de barro de algún niñito en algún lugar del mundo, un vaso de leche argentina, y en sus ojos ya sin lágrimas brille la esperanza.
Que nunca más la pobreza y el hambre maten niños, pudiendo nosotros tener las herramientas para alimentarlos. Podemos hacerlo juntos, dejando ignorantes egoísmos de lado y con la responsabilidad que a cada uno nos toca.
Argentina no tiene techo para producir leche y bienestar para la ciudadanía, puesto que esta actividad derrama riqueza, trabajo y crecimiento a niveles impensados, más que cualquiera de las actividades agropecuarias.
Tenemos la capacidad de producir lácteos de excelente calidad a precios accesibles para que todos podamos disfrutarlos y liderar también el mercado global. Algunos ya lo estamos soñando pero lamentablemente el empresariado nacional está pensando en comprar estancias en lugar de levantar fábricas, muchos dirigentes cooperativos se olvidaron de sus orígenes humildes y del trabajo, empresas multinacionales traman quedarse con todo, incluyendo nuestras vacas y por ende nuestros sueños. Pretenden que la lechería se desarrolle en mega-tambos, que el capitalismo salvaje se adueñe de las plantas industriales, reemplazando a miles de trabajadores por frías máquinas que trabajen día y noche sin un solo reclamo…
POR TODO LO EXPUESTO PEDIMOS A TODA LA CIUDADANÍA QUE SE SUME A NUESTRA LUCHA. UNIDOS PODEMOS EVITAR QUE SE CIERREN TAMBOS, QUE LOS CAMIONES CISTERNAS ENFRIEN SUS MOTORES Y MUCHAS PLANTAS PROCESADORAS DE LECHE SE CONVIERTAN EN FRÍOS RECORDATORIOS DE UN PASADO PUJANTE.

Fuente: lecherialatina.com