Cautela ante el tsunami de precios en la lechería

lecheríaPor los bajos saldos exportables de la lechería, la caída del 50% en el precio internacional no afectó, pero amenaza el futuro de la actividad.
El clima de inversión en la lechería para 2015 es de prudencia. A la incertidumbre propia de los años electorales se suma la amenaza (todavía no consumada por el bajo saldo exportable) de la crisis del precio internacional de la leche. La leche en polvo cayó 50% en 10 meses, de más de 5000 dólares la tonelada a menos de 2500 dólares.

Para los expertos recién en el último cuatrimestre los precios se recuperarán a un nivel satisfactorio cuando la oferta global caiga. “Se espera que en el primer semestre el mercado interno podrá absorber la mayor parte de la producción y que el aumento de la oferta de la segunda parte del año ya encuentre un mercado mundial recuperado”, pronostica Alejandro Sammartino, director de Infortambo.

El clima le jugó una mala pasada a la lechería en 2014. Las inundaciones y el exceso de agua no le dejaron aprovechar una relación inmejorable -récord histórico-, entre el precio de la leche y el costo del maíz y la harina de soja. Esta relación de precios permite suplementar los rodeos lecheros hasta el límite que permita la fisiología de las vacas.

A pesar de esto la producción está finalizando aproximadamente un 2% abajo del 2013. “Los lecheros no pudieran capitalizar en toda su dimensión el aumento del precio de la leche y la baja de los granos. Además en los últimos meses la leche volvió a aumentar menos que la inflación real, lo que afecta a los productores más chicos, que necesitan retirar más litros de leche para vivir. Si bien para muchos esto impide solucionar los problemas financieros de los años previos, la situación económica de los productores al cierre de 2014 es mejor que la de hace un año”, afirma el consultor en lechería José Quintana.

En su opinión, la inversión se está focalizando en mejorar los recursos humanos y el confort animal. Se capacita y mejoran las condiciones de trabajo mientras se invierte en bajar el estrés de los rodeos, fundamentalmente el generado por el calor. Con respecto a la infraestructura para manejar los excesos de agua y el barro, los productores son más reacios ya que requieren inversiones que no muchos pueden realizar en el actual contexto económico.

Fuente: lanacion.com.ar