La industria láctea en vilo por un conflicto entre sus empresarios y el gremio

industria làcteaLa Asociación pequeñas y medianas empresas lácteas (Apymel) se niega a pagar un aporte «solidario». Acusan que el fondo fue utilizado para «ir al mundial del fútbol» y no para el beneficio de los trabajadores. Tras las últimas paritarias, los sindicatos debieran recibir $2400 por empleado, lo que implicó un ajuste del 41%.

Los empresarios lecheros se manifestaron en contra de pagar un «aporte solidario» a la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra), debido a que, si bien lo abonan desde hace siete años luego de un acuerdo, pasó de costarles $1700 pesos por empleado a $2400, con el cierre de la paritaria 2014.

Las negociaciones cerraron con un aumento salarial del 35 por ciento, pero la escalada del aporte solidario había puesto un freno a la definición.

El conflicto enfrenta a Atilra, liderada por Héctor Ponce, con las dos entidades que agrupan a las productoras lácteas, la Asociación de Pymes Lecheras (Apymel) y el Centro de la Industria Lecheril (CIL).

Los empresarios denuncian que el aporte, que implica un total de 40 millones de pesos anuales, no va a los trabajadores sino a las arcas del gremio. Y que son destinadas a actividades que nada tienen que ver con el bienestar social de los afiliados, como viajes al Mundial de fútbol, o escapadas a Las Vegas para la pelea de Marcos «Chino» Maidana.

Por su parte, el gremio rechaza las acusaciones y afirma que necesita de esos fondos para poder prestar un buen servicio de salud. Y para las obras que inauguró recientemente imponentes centros de capacitación en Sunchales o Villa María.

Lo cierto es que muchas de las empresas agrupadas en Apymel recurrieron a la justicia y lograron imponer un recurso de amparo para evitar el aporte mensual obligatorio. Sin embargo, el gremio también logró algunos en su favor.

Las grandes industrias, adheridas al CIL, decidieron recurrir al Ministerio de Trabajo para que se pronuncie sobre la legalidad del «aporte solidario».

Fuente: Edición Rural