¡ESTE ES MI POLLO!

pollosLa crianza de pollos camperos es una alternativa productiva viable, especialmente para los pequeños productores. Por su modo de crianza es un animal de desarrollo lento, con buena pechuga y con plumaje de colores variados que posee una carne firme y de características excelentes.

Dado que la producción campera de carne aviar con gusto a pollo, alimentado con los cereales y oleaginosas que se cosechan en la región, de muy baja o nula contaminación, sin el empleo de antibióticos como promotores de crecimiento, brinda la posibilidad de producir alimentos que un sector creciente de la sociedad demanda, desde la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA se trabaja para fomentar el desarrollo de emprendedores.

EL proyecto se sustenta en una genética diferente desarrollada por el INTA y en técnicas de manejo y alimentación distintas a las tradicionales, planteando una alternativa artesanal que requiere poco capital.

La genética del pollo campero del INTA surgió del cruzamiento de líneas de varias razas de postura y carne realizado en la EEA Pergamino. Este pollo no fue concebido para competir comercialmente con el pollo clásico industrial, puesto que posee cualidades distintivas a favor de una calidad superior. Sin embargo, según explican los técnicos del INTA, «su producción con mayor valor agregado y consecuente mayor precio requiere normativas protocolizadas que den seguridad al consumidor y justifiquen el diferencial en el precio de venta».

En cuanto al manejo, para que la genética exprese su potencial y evitar problemas sanitarios al mezclar distintos tipos de aves y de edades diferentes, los referentes del INTA sugieren «mantener a los pollos en el galpón durante la crianza, sin mezclarse con gallinas, pavos o patos».

La cría es el período comprendido desde el primer día hasta la quinta semana. Según explican los técnicos «los primeros siete días son los más importantes. No se deben mezclar pollitos de distintas edades en el mismo gallinero. Los pollitos deberán estar cómodos, sin peligro de sobrecalentamiento ni enfriamiento. Deben alojarse debajo de campanas inmediatamente después de su arribo y la temperatura en el borde de la campana deberá ser de 36 grados centígrados, aunque luego de los primeros días hay que seguir con más atención la actitud de los pollitos que la información del termómetro. El mejor termostato de un establecimiento avícola estará dado por el propio comportamiento de las aves».

La etapa de recría comienza a partir del día 36. En esta etapa «las aves deben tener acceso a parques empastados en donde deberán ubicarse algunos comederos y bebederos». Para el buen desarrollo de los pollos «es conveniente el uso de parques empastados por el efecto beneficioso de la luz solar y del pasto sobre la pigmentación de la piel de las aves». En tal sentido «como mínimo, el 20% de los comederos y bebederos deben estar en el parque debidamente protegidos del sol y de la lluvia, ubicados sobre perchas o fardos de pasto para que no se ensucien y motiven el ejercicio de las aves».

De acuerdo a las sugerencias de los técnicos del INTA «la base de la alimentación de estos pollos deberían ser el maíz y la soja, que proporcionan la energía y la proteína necesarias para tener un crecimiento adecuado y están libres de sustancias que puedan producir un sabor extraño en la carne».

En cuanto a la faena «estos animales deben llegar con un mínimo de 75 días de edad con un peso promedio mínimo de 2,5 kg en los machos y 2,2 kg para las hembras».

INTA- EEA Cuenca del Salado