LOS PRODUCTORES LECHEROS ANTE LA ARBITRARIEDAD OFICIAL

Los-productores-lecheros-ante-la-arbitrariedad-oficial-300x198Golpeada por las excesivas lluvias, la actividad tambera se ha visto una vez más sometida a decisiones arbitrarias del Gobierno Nacional. Las entidades de productores a pocos días de mantener reuniones en el ámbito del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, siendo recibidos por el Ministro Carlos Casaquimela y por el Subsecretario Arturo Videla con sus equipos técnicos, sufrieron el impacto de una insólita decisión del Secretario de Comercio de fijar un techo de $ 3 al valor que paga la industria por la materia prima.

La reacción de los productores no se hizo esperar y a través de comunicados las distintas organizaciones expresaron su rechazo por la unilateral, absurda e irritante decisión. También quedaron desacreditados todos los funcionarios del MINAGRI que venían manteniendo diálogos para avanzar en distintos temas que contienen reclamos de larga data por parte de los productores. En un rápido análisis no se puede descartar que una vez más ha funcionado un marco de lobbies y y complicidades que hacen retroceder a la lechería nacional como importante sector productivo. Se dijo que el insistente pedido de algunas industrias líderes, caso Serenísima, solicitando autorización para aumentar el valor de productos con “precios cuidados”, además de quejarse que tienen que aumentarles el valor a los productores, fueron determinantes para que el Secretario Costa, sucesor de Moreno, decidiera una medida que va en contra de toda lógica. Un integrante de una Mesa de Lechería en franco sinceramiento reflexionó ante Nuestro Agro: “estamos sometidos a una gran mentira, nos invitan al diálogo, a buscar consensos, a que produzcamos más, pero finalmente nuestra sensación es que nos ponen ante una gran farsa, la conclusión es que en el fondo, hay actores que no quieren que se ordene la lechería nacional, estos anuncios son una burla para un sector tremendamente castigado por las inclemencias del clima”. El comentario refleja parte del malestar que se percibe por estos días en toda la cuenca lechera, más aún con los padecimientos que tiene una importante área afectada por lluvias que fueron de 650 a 900 mm. entre febrero y fines de abril. Toda asistencia oficial –provincial o nacional- que se promovió con anuncios (líneas de créditos y otras ayudas), brilló por su ausencia. Por un lado se iban atender los afectados directamente (a fines de mayo todavía quedaban campos con agua) y por otras vías iban a aparecer créditos blandos para el resto de los productores para compra de insumos, recomponer pasturas y atender el desfinanciamiento empujado por los costos de confección de reservas forrajeras para el invierno. En las casas bancarias las respuestas son coincidentes: “no hay novedades, no hemos recibido ninguna directiva específica sobre este tipo de créditos”. La ayuda no llegó y peor aún es que ningún organismo –por lo menos no hubo ningún tipo de anuncio- se ha puesto a evaluar las pérdidas que ha tenido el sector primario. Por las dudas, existen algunos datos. Tomando el área de los Departamentos Castellanos, Las Colonias, San Cristóbal de la provincia de Santa Fe y el Departamento San Justo de la provincia de Córdoba y sobre cifras estimadas sobre la recepción de leche en 16 plantas industriales, con una secuencia de varios días (no menos de 20) donde la baja de producción alcanzó hasta 4.000.000 millones diarios, con oscilaciones que fueron desde los tres y medio a dos millones por día, entre febrero hasta mediados de mayo, se puede hacer una estimación que en tres meses no ingresaron 220/250 millones de litros de leche a las usinas lácteas. Tomando un promedio de $ 2,70 por litro, los productores dejaron de percibir más de 600 millones pesos. También la industria mantuvo capacidad ociosa y habría que saber qué monto significan 220 millones de litros transformados en productos lácteos con destino al mercado interno o en leche en polvo para exportación. Además, se deberían evaluar los daños directos sobre instalaciones tamberas, pérdidas de pasturas, descarte acelerado en los rodeos, recomposición de caminos y callejones y tantísimos costos ocultos propios de una actividad que se maneja con ciclos biológicos. Y también es aún más complejo de evaluar, pero alguien, alguna organización gremial u organismo de Estado debería analizar, son las secuelas productivas que esta emergencia climática ha dejado, efectos que se trasladarán a la producción del próximo año. Quedarse con la foto y no ver que la película tiene un principio, un medio y un final, es ignorar la realidad. Por más que se resalte el esfuerzo de los productores, no se puede ignorar que una importante cantidad de tambos achicaron sus rodeos y que habrá que recomponerlos con vaquillonas en producción. Claro que primero habrá que conseguir las vaquillonas, luego preñarlas, luego esperar 9 meses y seguir preñando para volver a imaginar un crecimiento productivo no en 2015, sino en 2016. Esta conclusión hasta parece obvia e innecesaria para quienes conocen de lechería, pero la situación amerita hacer la mención. Una oportuna información periodística ayuda a entender a la gente ajena a estos temas, no sólo el consumidor desconoce cómo se produce un litro de leche, también aquellos que han tenido privilegio de ser elegidos para gobernar y deben tomar decisiones acordes a la naturaleza de cada cadena productiva. ¿Quién puede ignorar la importancia de producir leche como alimento estratégico?. El mundo demanda leche y en Argentina se le pone constante freno para que el sector no crezca, contradicción de los programas que hablan de una lechería de 18.000 millones de litros para el 2020. Todo queda en una expresión de deseo. Por lo pronto, se sabe que hay empresas que en las últimas liquidaciones estuvieron pagando promedios de $ 3,05 en rangos muy variables donde influye la calidad, sanidad, composición, volumen y otras bonificaciones que aplican distintas empresas que van de $ 2,85 a $ 3,15, excepto aquellos acuerdos con pooles que llegan a $ 3,40. Hay que aclarar que aún no todas las industrias realizan pago por calidad y que se han reajustados valores en sólidos ante la caída estacional de los mismos. También distintas informaciones que se cruzan indican que en distintas cuencas de la provincia de Buenos Aires no se supera los $3 por litro. Una nueva preocupación se origina en las ventas en el mercado interno, con estancamiento y con ventas en baja para algunas líneas de productos frescos y quesos. Asimismo, han continuado hacia la baja los precios internacionales de la leche en polvo. En la última licitación de Fonterra se manejó un valor de US$ 3.594 para la tonelada de leche en polvo entera cuando en enero rondaba los US$ 5.000/tn. A todo esto se han conocido los balances de grandes empresas como La Serenísima y SanCor con importantes números en rojo. Si bien son las referentes, otras renombradas firmas están teniendo dificultades, incluidas reconocidas Pymes que también exportan y ocupan nichos en el mercado interno. Un panorama para nada halagüeño para la lechería en los próximos meses. Si el clima acompaña podrá atemperar esta difícil coyuntura.

Por Miguel Ángel Ruiz Díaz

Director de Nuestro Agro

mruizdiaz@nuestroagro.com.ar

Fuente: Nuestro Agro