Llegó el ajuste: el empleo registrado en el sector ganadero y lechero cayó al nivel más bajo de los últimos cinco años

acuerdo lácteoTambién hubo destrucción de trabajos en el sector agrícola.

En 2008/09 se registró una sequía histórica en las principales regiones productivas argentinas que coincidió con el inicio de una fase brutal de liquidación de vientres bovinos. Por entonces muchos tambos, al comenzar a arrastar una creciente deuda comercial, debieron cerrar (lo que contribuyó a acelerar el proceso de concentración que experimenta la actividad).

Por tales motivos en el primer trimestre de 2010 los empleos registrados en ambos sectores cayeron para ubicarse a nivel nacional en 92.160. Luego se fueron recuperando para superar los 95.000 a comienzos de 2012 (un nivel similar al que había en el primer trimestre de 2009).

Pero los primeros tres meses de este año –según datos del Indec– cayeron para ubicarse en 90.858. Es decir: en el último año desaparecieron más 3800 puestos de trabajo en las empresas ganaderas y los tambos (un 4% menos que en el mismo período de 2013 y el nivel más bajo de los últimos cinco años).

En las empresas agrícolas también se registró destrucción de empleos en el último año: los trabajadores registrados en el primer trimestre de este año fueron 54.223 versus 57.567 en el mismo período de 2013 (-5,8%). Se trata, de todas maneras, de una cifra superior a la registrada en el período crítico del primer trimestre de 2010 (cuando se detectaron 52.934 empleos en el sector) (ver planilla).

El otro gran rubro que explica la mayor parte de los empleos agropecuarios son los “cultivos industriales”, entre los cuales se incluyen los correspondientes a las producciones del algodón, caña de azúcar, tabaco, yerba mate y té. En este caso los empleos registrados en el primer trimestre de este año fueron de 63.416 versus 63.556 y 61.908 en el mismo período de 2013 y 2012 respectivamente.

La buena performance laboral registrada en las producciones localizadas en el NOA y NEA se explica no necesariamente por una generación genuina de trabajo, sino por la obligatoriedad de registrar –en un marco legal específico– a los trabajadores temporarios a partir de lo dispuesto por el nuevo Régimen de Trabajo Agrario (Ley 26.727).

Fuente: valor soja