La Picasa cedió y apareció la Ruta 7, pero la crisis humana y productiva sigue sin resolverse

Resultan estremecedores tanto las imágenes como el relato. El documento periodístico realizado por Pedro Gerardo Cocco, de San Gregorio, en el sur de Santa Fe, muestra el estado actual de la Ruta Nacional 7, abandonada desde hace muchos años a su suerte bajo las aguas de la laguna La Picasa

Luego de permanecer muchos meses bajo el agua, la ruta 7 quedó intransitable, como se ve en las imágenes. Quedó por largo tiempo completamente tapada por el agua que bajaba desde Córdoba y que no seguía su camino natural hacia la Provincia de Buenos Aires, justamente porque la Laguna La Picasa fue utilizada como un enorme reservorio.

La Ruta 7 quedo abandonada al igual que decenas de productores agropecuarios que tienen sus campos a ambos costados de ese camino estratégico para el país, y que también fueron ninguneados por un Estado (en sus diferentes niveles) que prefiere mirar para otro lado en vez de hacer lo que se debe hacer: canalizar el agua y conducirla hacia otros lugares donde no provoque daño.

“Monumento a la decidía, al abandono”, relata Cocco mientras filma la enorme cantidad de piedras (o pedazos de asfalto arrancados por la fuerza de las aguas) depositados sobre la traza de la que alguna vez fuera el camino natural para ir sin desvíos desde Buenos Aires a Mendoza.

A ambos lados de la ruta, el oleaje nos recuerda que las aguas continúan allí y que en cualquier momento vuelven a inundarlo todo, porque no se hizo nada nuevo que altere la situación. Los campos siguen abajo. Y los productores también siguen abajo de todo en la escala de prioridades de la clase política argentina, que no es capaz de ponerse de acuerdo en lo que debe hacerse a pesar de que la Corte Suprema de Justicia ordenó que algo había que hacer.

Cocco relata el estado de situación de la “alternativa sur”, con bombas que deberían succionar el agua y vaciar la laguna, pero que no funcionan. Luego habla de la “alternativa norte” y un canal que tampoco cumple con su cometido.

De esto mismo nos hablaron a Bichos de Campo varios de los productores y pobladores santafesinos damnificados, no solo por el avance de las aguas sino sobre todo por el retroceso de la política pública, que es la que debería propiciar el bien común antes que cualquier otra cosa.