Los tamberos piden precios concretos para la leche, a pesar de reconocer la utilidad de los valores de referencia y bandas con las que cuenta Santa Fe
Aunque salteadas, estos días grises, húmedos, traen consigo precipitaciones que complican al campo.
Las napas altas que quedaron como herencia de abril, vuelven a mostrar sus consecuencias y suelos que ya no absorben nada con cielos cubiertos que afectan desde el tambo hasta las siembras pendientes del trigo tardío en muchos lotes.
Días atrás hacíamos referencia a la falta de pasturas, a la influencia de las heladas y a las consecuencias de todo esto en un esquema de baja rentabilidad para la producción primaria.
“En el campo es terrible la situación hoy, esto es otro golpe a la producción, porque los callejones, los caminos, los corrales, los animales están muy afectados y esperemos que Dios se apiade de nosotros los tamberos y que no siga lloviendo”, definió Marcelo Aimaro, el presidente de Meprolsafe.
En un año mucho más complejo que el anterior, con variables que van más allá de los precios en si, el dirigente habló con CASTELLANOS.
“La situación está muy complicada, sobre todo en cuanto a política lechera, porque no se está haciendo nada para cambiar lo estructural. Si bien desde Santa Fe se impulsa una Ley que ahora está en Diputados, nosotros desde la entidad decimos que es bienvenido todo aquel trabajo que pueda mejorar la producción, la forma de cobro del tambero, cómo se debe entregar la leche, pero lo cierto es que no tenemos ningún mecanismo que fije precio. Lo que hacemos es tener una obligación individual de entregar la leche en forma, calidad y tiempo, pero sin formación de precio”. Desde la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe a esto lo plantean, entonces, como “una disyuntiva”.
“Siempre que se nos habla de soja, de maíz, de carne, se habla siempre de un precio cierto y no de referencia, entonces queremos también un precio cierto, para que eso pueda redundar en una consecuencia para el tambero y que cuando se firme un contrato de abastecimiento también se tenga un precio que vaya a cobrar y se pueda negociar”, asegura Aimaro.
El esquema de contratos y formalidad que propone la Bolsa de Comercio de Rosario y que avala la provincia con el Acuerdo Lácteo, es el camino de ordenamiento que se debe recorrer, siempre y cuando el precio sea una condición incluida en ellos.
Claro que Aimaro reconoce que las bandas de precios, que son los valores posibles a pagar por producto, los precios de referencia, “sirven para saber cuánto se podría pagar, pero en concreto si el productor pudiera recibir el 20 por ciento del valor de los productos que están en las góndolas, en abril podría haber recibido casi siete pesos, por eso son ideas que sirven para mirar, pero en la práctica no se tienen en cuenta. La industria sigue poniendo el precio y eso es lo que se nos paga a mes vencido y es la dominancia que sigue existiendo desde que la lechería es lechería”.
Aimaro sostiene que “desde la entidad queremos tener un ordenamiento, saber cómo se van a manejar los volúmenes, que se exporten los excedentes, tener un mecanismo de fijación de precios, si no el contrato sin precio concreto sirve para que yo me obligue a firmar algo que es lo mismo que ya ocurre hoy, de palabra. Queremos contratos que tengan un mecanismo de fijación de precios, si no, no nos sirve”.
Santa Fe es la única que tiene la intención de ordenar las cuestiones de estructura de la lechería, por eso es que esta entidad reconoce esta condición y participa en cada debate. “Nosotros seguimos trabajando y apostando al trabajo que propone la provincia, aunque sabemos que las cosas no van a cambiar de un día para el otro. Si esto logra ir mejorando la situación aquí, se va a poder transpolar a las otras provincias y de ahí a la Nación, porque estamos adoleciendo de una política lechera nacional, donde sólo se ve un rumbo hacia la libertad de mercado que no nos sirve, que como tamberos nos perjudica”, afirmó.
Meprolsafe estará el jueves en Buenos Aires, junto al resto de las entidades productivas y la industria en el Ministerio, donde serán recibidos por el Subsecretario de Lechería, con una agenda volátil y que básicamente sigue ahondando en conceptos como “transparentación de la cadena”, mientras al comercio se lo sigue excluyendo de compromisos.
“Todos los productores teníamos muchas esperanzas sobre un cambio real, pero lo que vemos es que no hay soluciones, que los mercados no nos sacan adelante. Tenemos costos arriba de los cinco pesos, según cálculos del propio INTA”, indicó el dirigente que no espera demasiadas definiciones previo al festejo del Bicentenario de la Independencia.
Puede que sea con mirada futbolera, pero Aimaro se ilusiona y expresa con un suspiro, “ojalá que algún día los tamberos podamos empatar”, aunque el arco siempre se vea lejos.
La leche subirá levemente
Llegaría a los 4,40 pesos por litro en la cuenca central nacional.
Según información que trascendió en los últimos días, son varias las empresas lácteas que estarían dispuestas a ajustar levemente en alza el precio por litro pagado al productor sobre las entregas que se dieron durante el mes de junio.
Es así que las liquidaciones que se entreguen en un plazo de diez días podrían llegar a contemplar valores de hasta 4,40 pesos en varias industrias, teniendo en cuenta que la leche de mayo se consolidó en un valor que rondó los cuatro pesos, tal como lo había adelantado este diario.
La suba corresponde a una merma productiva, a una caída de la cantidad total de materia prima conseguida sobre el sexto mes del año, que estaría cercana al 20 por ciento y que acumularía en un comparativo con 2015 una retracción superior al 40 por ciento, al menos en Santa Fe.
Para Buenos Aires, la realidad de precios es inferior, quizá por la falta de influencia climática, quedando muy por debajo de los cuatro pesos y con reclamos concretos en el horizonte, a pesar de la actualización de pagos de compensaciones pendientes de octubre a diciembre del año pasado, que se concretó ayer.
Esta situación de alza en el precio, se podría prolongar un mes más, al menos en la estimación cortoplacista que se hace en este sector, teniendo en cuenta lo que será una primavera muy diferente a lo habitual.
Con precios internacionales que están en el rango de los de 2009, con una recuperación que aún no asoma, la lechería argentina tiene la afección que plantea el mundo en sí.
En tanto, el consumo interno sólo pudo lograr una leve recuperación gracias a la rebaja de precios que se diera en las últimas semanas, sobre todos los lácteos, pero no en un esquema de naturalidad de recorte, sino de manera forzosa para no seguir perdiendo poder de venta, hecho que quedó demostrado con ofertas de ocasión y con leche fluida por litro que sigue por encima de los 15 pesos en sachet y más de 17 en tetra brik.
La lechería no la está pasando bien y su eslabón inicial menos. Las expectativas para cambiar esto no son muy alentadoras.
Elida Thiery