En Coninagro reconocen que las soluciones no llegarán a tiempo

ConinagroASÍ LO ESTIMÓ EGIDIO MAILLAND, EL PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN INTERCOOPERATIVA, QUE RECORRIÓ LAS ZONAS AFECTADAS POR LAS INUNDACIONES Y LUEGO DE LOS PLANTEOS HECHOS ANTE LAS AUTORIDADES, ADMITE QUE EL ESTADO NO TIENE SUFICIENTES FONDOS

Ha pasado poco más de un mes de las lluvias de abril, las que inundaron miles de hectáreas, las que aún nos permiten ver dónde hubo y hay agua, las que se llevaron una gran campaña de granos, las que derrumbaron la producción de leche, pero las que también le dieron una estocada final al campo. Desde los años de sumisión, ante políticas totalmente contrarias a la producción primaria, a pesar del oneroso aporte de divisas, fueron las precipitaciones de diciembre y luego las del cuarto mes del año las que no dejaron respirar a los productores, ya sin la pesadilla de las retenciones; y plantean un 2016 muy complejo con horizontes difusos.
En este contexto, los productores por momentos no se sintieron del todo acompañados, sin embargo las entidades del sector lentamente van tendiendo vínculos entre los reclamos y las posibles soluciones, pero claramente los tiempos no son los esperados.
Egidio Mailland, el presidente de Coninagro, desarrolló en las últimas semanas una recorrida por las zonas más afectadas por el fenómeno y en diálogo con CASTELLANOS hizo un balance de la experiencia, pero a la vez de las expectativas para todo el sector productivo.
El titular de la entidad que agrupa a las principales cooperativas agropecuarias e industriales del país desde hace más de seis décadas resaltó, «lo que nosotros llamamos mesa chica, que es la mesa ejecutiva de Coninagro salió en una gira que comenzó por Corrientes, visitando algunas cooperativas citrícolas, donde vimos la realidad de la recolección y la problemática de la naranja y la mandarina, luego empezamos a bajar para visitar algunas cooperativas arroceras en Villaguay, Entre Ríos, para pasar a una reunión con la Federación de Cooperativas Entrerrianas en Paraná», llegando a Santa Fe, justamente a Pilar donde se encontraron con directivos de la Cooperativa Guillermo Lehmann, «para conocer la realidad de lo que pasa en esa región», para terminar el recorrido por Marcos Juárez, en Córdoba, abarcando la realidad de esa provincia. Con este paso por todos los rubros y muchos rincones productivos, «al hacer una evaluación, claramente la zona donde más nos impactó y donde está el epicentro del mayor daño producido por el evento climático es en la cuenca lechera de Rafaela. Por varios motivos y afectando también a los granos, nos encontramos más que con una problemática directa en las empresas agropecuarias, nos impactamos con el alto grado de afección de las lluvias y en cuanto a la cantidad de gente afectada. Por el tipo de actividad agropecuaria que tienen en esa región, se derrama mucho hacia la comunidad, porque hay mucha gente que no trabaja directamente en un tambo o en una explotación, pero viven de eso, del vínculo que se genera». Mailland considera que «la mayor preocupación que tenemos respecto a esta zona de Santa Fe es la gran cantidad de gente afectada por el evento, que trasciende a las explotaciones. Hay muchas comunidades que se van a ver afectadas por consecuencia de no haber una actividad económica mínima, como solía darse».
Coninagro trasladó esta preocupación ante el Ministerio de Agroindustria, ante el Banco Nación, para «ver de qué manera se puede asistir a toda la zona, con tal problemática», es así que Mailland, un hombre de gran trayectoria en la entidad fue en busca, según destacó, de respuestas. «En el Ministerio hay un conocimiento muy claro de lo que sucede, lo cual sería parte de una respuesta política, pero aquí el 95 por ciento del problema se resuelve con plata, no tenemos que dar mucha vuelta, porque hay que recuperar todas las explotaciones o todo lo que se pueda, porque parece inevitable que salgamos de esto con un cien por ciento de la gente, aunque sea lamentable. Estamos trabajando para que los que queden en el camino sea la menor cantidad de gente posible». Es así que las ayudas económicas son las del principal debate. «Hemos planteado muy directamente el cuestionamiento para saber con qué fondos cuenta nuestro país, esta administración, para poder cubrir esta zona muy grande con problemas. Surgen muchas respuestas, pero desde lo que yo puedo ver, no va a ser a la velocidad que la gente lo requiere. Los procesos son más lentos de lo que necesitamos pero este es un país que tiene que afrontar las consecuencias de una década muy compleja, con un campo que no pudo prepararse para esto de otra manera y hay que ser conscientes, porque hoy se está recomponiendo un desastre administrativo, con la mala suerte de la cuestión climática».
En un trabajo de salvataje que deberá empezar lo antes posible, donde se afecta desde la Nación, a las provincias y las comunidades, la respuesta lenta va a tener consecuencias no queridas. La demora se ve desde hace un mes y el tiempo que pasa en este caso es cruel. Hay quienes siguen pensando que una de las alternativas es el endeudamiento de la Nación a nivel internacional y a través de eso bajar los fondos a los productores, con plazos de devolución muy extendidos. En este sentido el hombre de Necochea reconoce que «las respuestas que he recibido del Gobierno en este sentido han sido muy prudentes, lo cual es lógico por todo lo que falta ordenar, pero lo importante es saber que se está en este camino, aunque no a la velocidad que podríamos esperar. La buena noticia es que tienen claro que esta es la alternativa», concluyó Mailland. De todas maneras, hoy por hoy lo que valen son las acciones y no las reacciones, por lo tanto se complican las salidas concretas ante tanto análisis y poca definición.

Elida Thiery