DEL TAMBO A LA GÓNDOLA, LA LECHE AUMENTA MÁS DEL 300 POR CIENTO

El consumidor final en Sáenz Peña llega a pagar el litro de algunas marcas a 47 pesos, aunque el promedio general en la mayoría de los locales comerciales es 32.

ras unos días de incertidumbre en algunos supermercados del medio, donde se dijo que hubo un faltante de uno de los productos básico en la alimentación de los niños, como es la leche, llegó con precio nuevo y se llega a pagar en algunos supermercados hasta 47 pesos por cada litro, siendo el promedio general de 32.

La crisis de los productores lecheros tras las inundaciones que azotaron gran parte del norte argentino, se profundizó en los últimos meses y el precio de la leche, por estos días sigue siendo uno de los principales problemas, que la dirigencia política gobernante no le encuentra una solución a esta cuestión, cuando se la veía venir.

Otro de los interrogantes, que supieron plantear algunos de los consultados, entre uno de ellos un productor ganadero que estaba en un local comercial al momento de la consulta de NORTE, afirmó que la amplia diferencia entre los precios abonados a los productores y los pagados por los consumidores es la punta del iceberg. Como consecuencia de ello, el que terminan perdiendo en todo esto es el consumidor final, y que golpea fuertemente en los estratos sociales más bajo. “Hoy lo urgente es el precio y después lo necesario es un cambio estructural, no se puede seguir haciendo pagar todo a la gente, hay sectores que están muy vulnerables”, criticó el ganadero de esta ciudad.

Calidad, inalcanzable

En la recorrida que pudo hacer NORTE por algunos supermercados para corroborar el faltante de este alimento tan necesario para la niñez, y sobre todo precio, una encargada de una reconocida cadena comercial del medio confirmó la cuestión de un faltante hace una semana, pero también afirmó que “en sesenta días el producto aumentó alrededor del 50 por ciento para algunas marcas”, contestó. “Hoy la gente ya no lleva marcas, al menos la mayoría, solo lo que pueden comprar, y eso se da en todo, no solo en los comestibles, también sucede con los artículos de limpieza y de higiene, en estos último es lo que más se nota”, dijo.

Según estimó la mujer, en cuanto al faltante de leche que se pudo suponer que se debió todo a las inundaciones que se vienen registrando en gran parte del norte del país, manifestó que ante la gran demanda y la poca oferta, ya que por el cierre de algunas pasteurizadoras de leche, todo aumentó.

En tal sentido, la encargada del supermercado dijo que lamentablemente cada vez que “llega el camión con las mercaderías sobre todo comestibles, vienen con aumentos, y esto se da semanalmente”, afirmó.

Los precios y las quejas

La variación entre el precio de origen y destino final que son las góndolas de la leche, se llega a incrementar por encima del trescientos por ciento, en profundidad y se podría llegar a decir en letra fina, que los eslabones primarios en esta cadena son los que menos ganan. “Hay impuestos que son sumamente innecesarios”, explicó un supermercadista del medio, quien pidió la reserva del caso.

Se pudo constatar que el costo para el consumidor del litro de leche entera fresca en diciembre fue de $21,85 una de primera marca, ayer esa misma tenía un costo de 28,50. Otra de primera marca, hace 60 días, 23,70 hace dos días, 31,20. De lo que se desprende que para algunas marcas la remarcación en el precio, estos dos últimos meses, estuvo holgadamente por encima del 50 por ciento.

Se estima que al productor se le abonó en el mismo mes, entre 8 a 9,50, en promedio por litro de leche cruda en el país. De esta manera, la brecha entre el precio del litro de leche de la góndola y la tranquera supera el 300 por ciento.

Los eternos perjudicados

Analizando el precio que se pagaba cada litro de leche de cualquier marca, el pasado mes de diciembre de 2018, y febrero de este año, se puede observar una suba pronunciada en el promedio de 52,5 por ciento, estimado.

Lógicamente los más perjudicados son los de siempre, el consumidor final, sobre todo una gran franja de la población de clase social más baja, donde hay un promedio de tres niños en edad de consumir leche, y son precisamente esas familias las más vulnerables.

El caso de Carmen una ama de casa que se disponía a comprar uno de sus alimentos diarios como es la leche, manifestó muy amargadamente por toda la remarcación en los precios de todo lo que tiene que ver con la canasta de alimentos, ya no se puede comprar nada, lamento. “No puede ser que algunas marcas en supermercados de la ciudad el precio del litro de leche descremada este más de 45 pesos, es cosa de locos, comer en este país, ya es un lujo de pocos”, refutó Carmen.

Por otra parte, Ramiro Cardozo un vecino del barrio Lamadrid, dijo que todo esto es culpa de falta de políticas de un gobierno que “no tiene el mínimo interés en la gente, sobre todo los que más necesitamos”, reprochó. “Lo único que le interesa a los de Buenos Aires –en referencia al presidente- es juntar plata de toda clase de impuestos, sin que nos podamos beneficiar en algo, todo está cada día más impagable, las changas que uno hace no alcanzan para comer, menos para pagar las demás cosas”, finalizó.

Fuente Diario Norte